sábado, 13 de octubre de 2012

mi cielo


Hoy mi cielo es etéreo,
Mi interior escupe al exterior, y la soledad fecunda.
Mi boca calla y mi mano habla,
Hoy me desnudo ante mis prejuicios,
Hoy arropo mis temores e imploro antiguos amores.

Es muy fácil relatar lo externo, criticarlo y objetivarlo de cierta forma, pero al momento de encontrarme frente a la hoja con una sola misión; yo desnuda ante mis juicios, lo claro se vuelve oscuro, y lo simple inentendible.
A diario me veo envuelta en una gigantesca casa de muñecas, de altas puertas e impenetrables ventanas, ella me acorrala, me jala por los pies y ata mi niñez. Comenzar a emprender un vuelo digno de altas aves siendo un pichón anhelando el nido, el retorno cálido y eterno.
La sensibilidad y el cielo de hoy no combinan, no cruzan sus caminos ni se prestan atención, no se desean, ni siquiera cual romance clandestino que destila pasión a una hora secreta, escogida por ocultos autores.
La amabilidad es de otro cielo, abriga otras molleras, en otros tiempos.
Dejar que la extrema indiferencia toque tu puerta y rapte tus sueños, es fácil, mantenerse atento y sensible. Complican el horizonte y el día a día, verse hundido y acabado ante las voces, aquellas voces que te imploran dejar muchas cosas, con ello tus mejores tiempos, tus sueños, tus recuerdos. Ordenan que despiertes y te encuentres en el laberinto etéreo de la adultez, el reverdecer de las responsabilidades donde el instinto protocolar avasalla las mejores fantasías, y el llanto de cada día casi como un acto religioso dos por la mañana, dos más y a la cama.
Hoy la perdida no la sufro, la omito, hoy la perdida no la siento la sangro, hoy la herida avergüenza con insolencia, con ojos caídos, los míos, los tuyos, los nuestros…
Salgo de mi casa de muñecas en busca de nuevas aventuras, huelo el plástico y la amargura, por los caminos encuentro historias que subo a mi hombro, las llevo cada vez más impregnadas convirtiendo en sacro el lamento ajeno como buen viajero.
Salgo de mi casa de muñecas, hambrienta de cosas nuevas, siempre encontrando lo mismo: lugares recónditos, quizás hermosos, quizás temerosos.
Salgo de mi casa de muñecas y jamás vuelvo a ella.
El exterior me ha vuelto insensata, poco a poco mi llama culmina en la amargura de un crepúsculo deseoso y envidioso de la belleza del amanecer, donde los pensamientos son bellos y claros, donde el odio aun duerme, pues a aquel sol todos le recibimos de brazos abiertos y con ello la falsa ilusión de un cielo mejor.
 La viuda luna solo acuna amantes destrozados en su amor flameante.

martes, 9 de octubre de 2012

Una niña


En mi mente soy una niña, que corre y jamas alza la mirada que solo le importa notar de que manera sus pies se embarran y como el lodo le salta a la cara, que lo disfruta y goza bailando junto al tiempo, junto al viento…
Una niña que aburre a todos
Una niña sin frases nuevas que decir
Una niña pensando en nada
Una niña que siente y llora, mas sola que nunca, mas abandonada
Una niña que lo tuvo todo y lo perdió por caprichosa
Una niña que odia y sufre.
Me cuesta despertar… en el instante en que lo logro mis ojos se vuelven de plomo me pesa la vida que no he vivido y que no quiero conocer, mis ojos cada días mas hinchados, mas cansados.
Mi mente descascarada, cedí mi cuerpo a la oligofrenia colectiva de los gritos la buena vida y la poca vergüenza, la que queda entre mis medias al marcharme de algún boliche. A la mañana limpio mi cara, cepillo mis dientes y aniquilo tu salivar y tu asquerosidad y solo queda mi negra existencia, pateo piedras incesantes
Me alegro
Soy una niña que ríe, que disfruta
Soy una niña que vive
Soy una niña privilegiada, de alma y de mente
M E N T I R A
sOLOsoyunapendejaDEMENTE.

El viaje


Acunados en el nicho más amargo de la húmeda y sofocante amazonia, la respiración se encontraba a menudo muy agitada la frente perlada y el característico dorado de aquellos cueros me estremecieron e hicieron temblar todo mi universo, muy pequeño de hecho hasta ese entonces.
Mi padre es médico y esta de campaña, como siempre, pero esta vez decidió deleitarse con mi compañía pues sus deseos son obvios, que su nombre trascienda y traspasarme sus últimas investigaciones a mi pues es un hombre desconfiado, parco que rara vez me dirige la palabra para un tema ajeno a la salud e innovaciones farmacéuticas.
27 de Agosto.
Tres días en este infierno que reverdece eternamente como los ciclos mas eternos, como el castigo a tanta belleza, tuve que dejar mis vestidos en la maleta y limitarme a andar en enaguas, la choza, porque no puede recibir otro nombre es de totora, lo que hace que siempre este húmedo, no haya aire y que se llene de bicharracos. La sirvienta contratada por mi padre dice no entender lo que digo, pero sé que me ignora pues me teme, como todos en esta pequeña aldea, paso los días escribiendo y enjuagando mi cuerpo, este clima es insoportable me encuentro constantemente abochornada.
02 de septiembre.
No he tenido ni un segundo para escribir, ahora lo hago pues mi padre tubo que viajar de urgencia al pueblo junto con Domingo, el capataz conocido de él, que ayer fue alcanzado por alguna especie rara de “insecto”, lo pongo entre comillas porque los insectos en estas zonas superan el tamaño de las palomas de la gran ciudad, y bueno continuando con mi motivo principal; estas noches algo extraño sucede en mi choza, me siento afiebrada y delirante, no puedo dormir, me levanto constantemente a rehumedecer mis labios y saciar de tan incesante fatiga mi estomago…
Bueno quizás debí redactar todo esto en pasado, error mío.
30 de septiembre.
Ayer por la tarde mi padre decidió enviarme de regreso, aun me encuentro extraña, y hoy mientras tomaba una ducha descubrí un pequeño bulto detrás de mi oreja izquierda, creo que por la mañana llamare a Esteban el ayudante de mi padre, para que me examine, el cambio al llegar acá fue abrupto, le pedí a la empleada que pusiera un brasero en mi habitación pues no soporto el frío, es finales de septiembre y el sol se presenta pero no invade la fiesta.
01 de octubre de 2012.
Hoy no desperté, hoy entendí…
Estos días han sido confusos, recuerdo pocas cosas, hoy recordé.
Estos días me ha escaseado el tiempo, hoy es eterno.
Estos días no he sido yo, hoy lo soy.
Pase los últimos 16 años de mi vida temblando, estaba muerta en vida, había perdido casi por completo la sensibilidad, solo sentía mi cuerpo escarchado, congelado, mi cabeza bombeaba constantemente y me castigaba cual hacha devorando la podrida leña.
Cuando él se entero de la única posible cura a mis terribles penas, no vaciló y tampoco me lo comentó, simplemente me llevó a la selva. Por las noche él y la mucama aplicaban en mi el secreto, en nuestro país esto no era legal pero en la amazonia la tierra dicta las reglas, para que funcionara era necesario el clima tropical, la escases de viento, el exceso de humedad y encontrarnos sobre los 30° mientras “el tratamiento durara”.
Él y la mucama inyectaban en mi gangleo superior izquierdo pequeñas dosis del veneno de aquel insecto repudiado por mí, mismo insecto que días más tarde asesino al capataz de mi padre y según la leyenda volvería para vengarse, así es, esa extraña especie razonaba incluso mejor que nosotros, para que él cediera el antídoto a mi cuerpo mi padre debía drogarlo completamente, esa amorfidad de tamaño impresionante color rojo intenso que los indios de esos lugares llamaban insecto, ¿insecto? Eso era digno de llamarse mascota.
Bueno no quiero perder la idea mi tiempo escasea y mi hoy flaquea, él único pero era que si el animal moría con el me llevaría y el propio tratamiento me asesinaría.
Hoy no desperté, ni mañana, ni pasado…