sábado, 11 de agosto de 2012


Fatigada yace, fatigada yace, fatigada yace…
SOLA
Sobre su regazo, aquellos brazos inmutables y bellos, aquellos brazos que todo lo calman que limpian aquel cuerpo de aquella angustia donde el golpe frenético de la realidad invade su cien, invade sus ojos, sus oídos lagrimean ante tal fulgor ante aquellas palabras de aquella boca rota, quebrajada, de aquella cara sucia con olor a rosas, manos limpias culpables.
A*noche soñé que me soñabas, que despertabas y preparabas café.
A*noche soñé que te encontraba, en un callejón vacío.
A*noche soñé que existías y luego desperté.
Anoche viví tantas cosas pero ninguna digna de relatar,
Porque nadie vino,
Nadie llamo,
Y nadie existió,
Sólo una corteza fría a la intemperie sin fuerzas para florecer, sin ánimos de envejecer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario